Aunque la sociedad ha cambiado muchísimo en los últimos años, todavía hay ciertos temas tabú relacionados con la salud, en concreto con la salud sexual: adicción al sexo, deseo sexual incontrolable, ninfomanía, “donjuanismo”… son trastornos de la conducta que amargan la vida no solo de quien los padece, sino de su círculo familiar y de amistad. Hoy en el blog de Farmacias.com dejamos la vergüenza para el que la quiera y ponemos sobre la mesa un problema de salud que afecta al 6% de la población: la adicción al sexo.

¿Qué es la adicción al sexo?

¿Cuántas veces a la semana “es normal” practicar el sexo? ¿Masturbarse a diario es una conducta sexual infrecuente? ¿Cuándo podemos afirmar que una persona tiene adicción al sexo?  En este caso – como en tantos otros- cada persona, cada pareja, es un mundo.

Hay personas que se sienten plenamente satisfechas manteniendo relaciones sexuales (solos o en pareja) una vez al mes, una vez al día o una vez a la semana. El problema surge cuando la persona no es capaz de controlar su deseo sexual, cuando esa adicción al sexo domina todos sus pensamientos, hechos, acciones, conversaciones y relaciones. En pocas palabras: cuando la adicción sexual se convierte en el protagonista absoluto de esa película que es tu vida y afecta negativamente al resto de parcelas, al trabajo, a las relaciones familiares, a las actividades a las que antes dedicabas tu tiempo libre, etc.

Algo importante: la adicción al sexo no es un capricho ni una perversión, es un problema de salud, un trastorno sexual no especificado que aparece reflejado como tal en la Clasificación Internacional de Enfermedades.

Algunos síntomas de la adicción sexual.

Al tratarse de un trastorno de la conducta, el adicto sexual experimenta una serie de síntomas que dan la voz de alarma de que “algo” no está funcionando bien, por ejemplo:

  • No poder evitar pensamientos recurrentes sobre el sexo y la sexualidad independientemente del lugar y del contexto.
  • Falta de concentración y de ilusión por temas que no sean de carácter sexual.
  • Perder el control sobre la propia conducta sexual: no poder evitar acostarse día sí, día también con personas completamente desconocidas o, peor aún, con amigos de toda la vida, tener que satisfacer los deseos sexuales en cualquier lugar sin que importen los riesgos, las amenazas o el daño que harás a los tuyos, etc.

Cómo tratar la adicción sexual.

Tomando como punto de partida que la adicción sexual es un trastorno emocional y conductual del ser humano, el tratamiento que proponen los psicólogos es doble: terapia y fármacos.

Terapia. El objetivo de este tratamiento es similar al de otros tratamientos que buscan paliar los efectos de los trastornos de conducta: ayudar al paciente a controlar y manejar esa conducta que está afectando a su salud mental, ese deseo desmedido por satisfacer sus supuestas necesidades de índole sexual. La terapia psicológica busca, también, dotar al paciente de herramientas emocionales que le permitan reconstruir esas facetas de su vida que la adicción sexual ha destruido: sus relaciones familiares o de pareja, las relaciones de amistad sincera con personas de diferente sexo, esa pasión perdida por aficiones saludables como hacer ejercicio o leer, etc.

Tratamiento farmacológico. Dependiendo de la personalidad del paciente y del tiempo que lleva sufriendo esa adicción al sexo, el psicólogo puede decidir que es necesario apoyar la terapia conductual con un tratamiento psiquiátrico complementario. En ese caso, el psiquiatra podrá recetar al paciente ciertos fármacos antidepresivos que han demostrado su eficacia en el tratamiento de trastornos de ansiedad con características  similares a los de la adicción sexual.


El consejo del blog de Farmacias.com: en temas de salud, la vergüenza sobra. Consulta con tu médico si crees que estás sufriendo cualquier tipo de trastorno de índole sexual.

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