¿Cuántas veces has oído a tu madre decir: “Bébete el zumo, niño, que se le van las vitaminas”? Es más: seguro que tú mismo lo has dicho alguna vez, y no digas que no. Esta creencia popular está extendida por todo el territorio nacional, desde La Coruña hasta Almería, y todos parecen dar por hecho que se van las vitaminas sin cuestionarlo en absoluto.
El mito de las vitaminas del zumo
Entonces, ¿si las vitaminas del zumo se van si no te lo bebes recién exprimido, a dónde van? ¿Al cielo de las vitaminas? Nada de eso. Hoy, en el blog de Farmacias.com, os vamos a intentar explicar cómo se conservan las propiedades de la naranja.
En primer lugar, hay que decir que la naranja no es sólo vitamina C (ácido ascórbico), sino que contiene muchas más propiedades y nutrientes, ya que es una fuente rica en fibra, minerales, flavonoides o ácido fólico. Por lo tanto, es una elección inmejorable para empezar el día con energía y consumir una de esas cinco raciones de fruta y verduras (400 gramos) que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tomar diariamente.
Empezaremos por citar una base científica: en el artículo Recomendaciones de manipulación doméstica de frutas y hortalizas para preservar su valor nutritivo, de la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, sus autores dicen que “existe la falsa creencia de que la vitamina C del zumo de naranja casero es poco estable, cuando solo condiciones extremas (ejemplo: calentarlo a 120 ºC) disminuyen de forma considerable dicha vitamina, que se conserva perfectamente en el zumo hasta 12 horas después, aunque el sabor puede volverse mas amargo”.
Hay estudios que han revelado que, transcurridos 20 minutos después de exprimir las naranjas, la cantidad de vitamina oxidada es mínima. Obviamente, cuánto antes nos lo tomemos, mejor será el sabor y más propiedades tendrá.
Si por el contrario, vamos a tardar unas horas en bebérnoslo, lo más recomendable es conservarlo en un recipiente opaco, como por ejemplo un termo. El objetivo es que no deje pasar la luz, ya que podría acelerar la oxidación de la vitamina.
Por otra parte, un estudio de la doctora Patricia Murphy en 2002 para la revista Journal of The American Dietetic Association, demostró que aunque la vitamina C del zumo de naranja se oxida con rapidez si se deja a temperatura ambiente, la sustancia generada, que se llamaría ácido dehidroascórbico, sigue manteniendo las propiedades de la vitamina C.
Por lo tanto, no parece que las vitaminas se vayan a ir a ningún lado, sino que principalmente se producirá un cambio de sabor con el paso de las horas.
Para minimizar la pérdida de nutrientes y conservar mejor las propiedades de la fruta, la Asociación “5 al día” recomienda evitar su almacenamiento prolongado en el refrigerador. Esta misma Asociación también opina que “la vitamina mejora la cicatrización y la función del sistema inmunitario. Su capacidad antioxidante ayuda a neutralizar sustancias cancerígenas. Parece ejercer un papel importante en la prevención del cáncer, y hay un menor riesgo de desarrollar otras enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares o cataratas por el aporte de carotenoides”.
Desde Farmacias.com, queremos hacer caso a las madres, y os recomendamos que siempre que podáis os bebáis el zumo recién exprimido. Más que nada, porque sabe mejor.
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